La Comarca de Babia
Hacia el noroeste de Luna y limitando con Asturias, Babia se articula a partir de los Ayuntamientos de San Emiliano y Cabrillanes. Sus valles se han declarado Espacios de Protección Especial, dadas sus características y grandeza. Ello da idea de la magnitud de esta montaña, con grandes alturas y fuertes roquedos de caliza e, incluso, de cuarcitas y pizarras, sobre las que se ha producido una acción kárstica y glaciar cuyo resultado son formaciones de cuevas, dolinas y lagunas. Esto no impide el que existan masas arbóreas de haya y roble, por encima de la cuales se extienden grandes áreas de pasto, presididas desde los cuatro puntos cardinales, por la majestuosidad del macizo de peña Ubiña.
Al ser territorio de abundantes nieves, el agua es un elemento consustancial a su geografía. Numerosos arroyos llevan sus aguas hacia el río Luna, que toma este nombre a partir de Puente Orugo, después de que en este lugar confluya el caudal de los ríos Grande y Torrestío.
Es comarca tradicional de canteros, caleros, mineros y pastores que han mantenido la ganadería como actividad predominante.
Afamados son los caballos babianos que desde antiguo se criaban en los pastos de la Malvosa y Boeriza, en Lago de Babia. Pero también los rebaños de merinas, administrados por los mayorales originarios de estos pueblos, que por su lealtad, conocimiento y buena gestión de los rebaños trashumantes que aquí desembocaban a través de la cañada de La Vizana, dieron nombradía a a la comarca y la impregnaron de su cultura que es manifiesta en sus formas de vida, folklore, artesanía y construcciones tales como los chozos pastoriles y las roperías de las cabañas ganaderas. Mas, este vivir no se reduce solo a tal manifestación, sino también a ese singular grupo humano de los vaqueiros de alzada, ya desaparecido, que ocupó preeminenternente, dentro de la provincia de León, la zona de Torrestío, cuya impronta ha quedado en sus características brañas que aún se conservan en el cercano Puerto de la Mesa.
Los primeros indicios de presencia humana se remontan al período Neolítico. Posteriormente se detectan restos de la cultura castreña en lugares como Peña Sulcastro, Corona de Quíntanilla o Castro, en Torre de Babia.
Históricamente, la comarca, que es conocida como Vadavia a lo largo de los siglos X al XIII, se la ha tenido según la leyenda como reducto temporal de los Reyes leoneses. Tuvo torres acastilladas en Piedrafita y Torre de Babia, como también residencias palaciales, de las cuales son significativas los de los Flórez en Vega de Viejos y la de los Cuenllas en Lago de Babia. Son la materialización de un régimen señorial del que también participó el marquesado de San Vicente o el de Ucedo, bajo cuya jurisdicción estuvieron Mena y Peñalba de Cilleros.